¿Sabes qué razas de perros son consideradas Potencialmente Peligrosas en España?
Actualmente, en España se consideran 8 razas de PPP: Pitt Bull Terrier, Staffordshire Bull Terrier, American Staffordshire Terrier, Rottweiler, Dogo Argentino, Fila Brasileiro, Tosa Inu y Akita Inu.
En algunas comunidades autónomas, como en Galicia, Extremadura, la Comunidad Valenciana y La Rioja, el listado es mucho mayor, y la normativa más estricta. En Galicia, por ejemplo, amplían este listado con razas como: Bullmastiff, Dobermann, Dogo de Burdeos, Dogo del Tíbet, Mastín Napolitano, Presa Canario y Presa Mallorquín.
Aunque, según la legislación, se considerará PPP a cualquier individuo con las siguientes características: fuerte musculación, aspecto poderoso, cuerpo robusto, pelo corto, cabeza voluminosa, cráneo ancho y grande, mandíbulas grandes y fuertes, extremidades posteriores paralelas, rectas y robustas, marcado carácter, gran valor, perímetro torácico entre 60 y 80cm, altura a la cruz de entre 50 y 70cm y peso superior a 20kg. Además, todos aquellos animales de la especie canina que manifiesten un carácter marcadamente agresivo o que hayan protagonizado agresiones a personas o animales. Pero, ¿son las características físicas las que hacen agresivo y peligroso a un individuo? En mi opinión y experiencia he podido comprobar que no.
Al igual que sucede en humanos, sí, el físico te hace capaz de ciertas actividades que otro individuo en tu misma situación no podría conseguir, pero, ¿es esta razón para considerarlo “peligroso”? A día de hoy, el principal problema con este tipo de razas de perros es la educación que se les aplica. Si un perro está tratado y cuidado mediante collares de ahogo, aislamiento, adiestramiento muy estricto, falsa "jerarquía” en su hogar, golpes, mala o nula socialización y poca atención a sus necesidades básicas, es lógico que intente simplemente defenderse y sobrevivir frente al mal cuidado y trato por parte de su propietario.
Os invito a reflexionar y dedicar tiempo con perros de estas razas para descubrir su personalidad y reflexionar sobre su tenencia y las leyes que los amparan. Pensemos en cuántos perros han sido sacrificados solo porque alguien uso erróneamente las palabras "dominante", "agresivo" o "peligroso" para referirse a él.
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