Los perros son animales que se expresan principalmente de manera corporal. Las personas, a diferencia, nos expresamos principalmente de manera oral. Aun así, la comunicación entre perros y personas es posible y real.
Así como es importante que nosotros ganemos en conciencia en nuestra comunicación corporal, también es importante que sepamos analizarla a la par de nuestra comunicación oral, para transmitir mensajes coherentes.
Seguro que alguna vez has vito a un amigo con expresión preocupada y le has preguntado qué tal estaba. Si este amigo te respondió "bien", ¿te lo creíste? ¿O seguiste mostrando interés en ayudarle y apoyarle en ese momento, en ese estado de animo?
Este ejemplo podríamos tomarlo hacia los perros. Seguro que alguna vez has estado en alguna situación de inseguridad (para ti, para tu perro y/o para ambos) y tu primera reacción es comentar "tranquilo, esta todo bien" (aunque tu cuerpo exprese otro mensaje diferente a tus palabras), ¿seguro que "está todo bien"? ¿Por que lo decimos?
Debemos ser realistas. A veces es necesario transmitir el mensaje de "no estamos bien", "lo siento peque, nos toca pasar por esta situación", "no se como resolver esto, pero lo superaremos juntos" o "ya se que es jodido, pero acabará pronto".
Tanto para lidiar con un momento presente, avisar de uno futuro y/o superar uno pasado, debemos ser coherentes con el mensaje que damos a nuestros perros. De esta manera:
Validamos sus y nuestras emociones.
Apoyamos en momentos de dificultad juntos.
Expresamos nuestras capacidades resolutivas y sus limites.
En otros momentos de bienestar expresamos esa mejora.
Avisamos de acontecimientos.
No somos robot. Si siempre repetimos "tranquilo, esta todo bien" este mensaje pierde valor ya que no concuerda ni con el autentico bienestar, ni con nuestra expresión corporal.
Y tú, ¿eres coherente con el mensaje que transmites a tu perro?
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