¡Bienvenido a tu nueva vida amigo!
Has dado el gran y bellísimo paso de adoptar un animal, ya sea tras acudir a una protectora de animales o lo hayas encontrado en la calle, tu nuevo amigo se enfrenta a un nuevo mundo que debe descubrir y tú le ayudaras en este nuevo proceso, de una forma gradual y agradable.
En todo momento la iniciativa de hacer las cosas y descubrir mundo debe salir del perro, será él quien nos muestre sus ritmos y nosotros le acompañaremos en el proceso. Este punto es básico para hacer que crezca su confianza en nosotros y nos vea como un pilar de referencia su vida. Además esta libertad en la toma de decisiones nos permitirá conocer sus gustos y preferencias.
El descanso:
Los primeros momentos en casa debemos dejarle que olfatee, investigue poco a poco todas las habitaciones, debemos darle espacio y hacer que sea él quien elija el lugar donde más seguro se sienta. Seguramente, será ahí donde duerma y podremos facilitarle su cama y lugar de descanso. Probablemente los lugares altos le aportarán más seguridad (sofá, cama, sillas). No castigues si se sube, ya tendrá tiempo de aprender las normas de la casa más adelante.
El descanso será crucial en estos momentos, el perro vendrá de situaciones difíciles de abandono, ambientes con muchos estresores (como los refugios) o situaciones de maltrato, por lo que sus estados de alerta han sido muy altos en su vida pasada y ahora poco a poco podrá recuperar el descanso y sueño perdido durante esos tiempos. Déjale que duerma, en el suelo, en su cama, en el baño, en el sofá... déjale que descanse, no permitas que nadie le interrumpa este momento. Necesita poder recuperar el descanso tanto físico como psicológico. Necesita saber que su nuevo hogar es un lugar seguro y puede dormir sin estar alerta de ningún peligro.
La comida:
El momento de la comida es también muy importante. Además de sus tomas de comida, puedes complementarlas con momentos de juegos de olfato. Durante estos ejercicios debes dar tranquilidad al perro, demostrarle que puede tardar todo el tiempo que necesite en comer, ya no debe proteger su comida, ya nadie va a molestarle en este momento, ya no debe estar alerta, ahora solo tiene que disfrutar y saborear.
El paseo:
En cuanto al paseo se refiere, poco a poco, pasea por zonas tranquilas, con el menor número de gente y ruidos posibles, zonas amplias, dá espacio al perro, déjale olfatear y que investigue su nuevo barrio. El uso de correas largas te ayudara en ello.
Inicialmente comienza con paseos cortos por las mismas zonas, y progresivamente ve ampliando el tiempo y descubriendo nuevos lugares, nuevos entornos. Deja al perro seleccionar la ruta.
Sabemos lo emocionante que es tener un nuevo amigo y las ganas que tenemos de enseñarlo al mundo, pero...
¡CUIDADO!
¡No te dejes llevar por la emoción y recuerda que todo debe ser gradual para el perro! Empatiza con todas las nuevas situaciones que está viviendo y analiza si está preparado para afrontar las nuevas situaciones que quieras plantear en su vida.
Espera un poco hasta que generes un buen vínculo con el perro y esté cómodo contigo, espera a que conozca mejor su nueva vida, y gradualmente podrás ir presentándole a amigos, familiares, etc. Enseña a tus amigos como presentarse adecuadamente, cómo acariciarlo y por dónde. No permitas que le agobien ni le sobreexciten. Haz que este momento sea positivo para el perro y lo recuerde con buen sabor de boca, así sabrá que las presencias desconocidas no son un peligro para él y puede seguir conociendo más. De igual manera sucederá con nuevas amistades caninas.
Recuerda, no corras, da espacio, comunícate, y sobretodo, disfruta de esta nueva etapa de la vida que compartiréis juntos.
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